Relegándome a la nostalgia, reviso aquellos tiempos perpetuados en fotos,
y me imagino en otros que no llegaron a modelarse.
Cajas de recuerdos, desordenadas,
en mi abatida casa de cartón.
Apilo cajas, una encima de otra, que figuren bien dispuestas.
Doy un paso atrás queriendo percibirlas desde otro ángulo.
Me retiro a observarlas.
Pasa el tiempo…
y no puedo verlas, no puedo tocarlas.
Se me apena el espacio que me encierra
-el que me aísla-
y sólo alcanzo a acomodarme en un rincón olvidado
para tratar de hacer memoria, y así
volver a sentir aquellas cajas…
ahora, ya vacías,
en mi sombría casa de cartón.
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