miércoles, 14 de abril de 2010

Fragilidad


¿Cuánto puedes llegar a soportar?

Inesperadamente, la vida te da tortazos. La cara te queda girada, el cuello casi se te parte... tu mejilla sangra.
Sin atreverte aún a volver a mirar hacia adelante, sacas un pañuelo para limpiarte.

Cuando ya te crees a salvo, cuando crees que podrás volverte sin que te golpeen de nuevo,
te giras y sonríes.
Al principio con una sonrisa falsa, intentando que ese esfuerzo sirva para sacar, con el tiempo, tu mejor sonrisa. Y ésta termina llegando… sonríes,

y tu sonrisa es sincera, aunque no dejes de pensar en aquel tortazo.

Aún su cicatriz marca tu cara, pero tú sonríes. Lo haces de corazón, pensando en que algo bueno ha de venir y que no debe tardar en llegar…

“ya toca ¿no?” - piensas - y en ese preciso instante, mientras flotas dejándote llevar por tu ilusa imaginación,
la vida te da un hachazo.

Uno tras otro,

a cual más violento,
los golpes te van haciendo cada vez más fuerte...

- al menos, eso dicen -

Pero hoy, las cicatrices me escuecen y tantas sacudidas me destrozan el alma.



Hoy soy de cristal,
hoy... me siento débil.