sábado, 3 de abril de 2010

Condena

Un recuerdo me oprime el pecho, de aquellos días en los que realmente viví.

Grito, hasta desgarrar mi garganta, clavada de rodillas en este suelo que sostuvo mi caída,
tantas veces…

Clamo una petición,
aliento para mi alma que, contraída por la rabia gélida de la impotencia, zozobra reparando en las sombras, entumecida, susurrándole a las tinieblas sin poder siquiera avistar la luz.



Un indulto
que no llega a mi prisión.

2 comentarios:

  1. Triste, muy triste, tanto que hasta al color de la tinta lo has puesto de luto.Que puedo decirte?....si es lo que sientes es la verdad. Bsts. TQM

    ResponderEliminar
  2. ENTRO CADA DÍA, MAÑANA, TARDE Y NOCHE CON LA ESPERANZA DE QUE POR FIN HAYA UN POST MÁS.

    ResponderEliminar